OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

HISTORIA DE LA CRISIS MUNDIAL

   

 

SEGUNDA CONFERENCIA1

LITERATURA DE GUERRA

Las notas del autor:

LITERATURA de guerra. La prensa, instru­mento bélico. Su función tóxica. Su calidad de instrumento capitalista. Su carencia de altas di­recciones morales. El mito de la guerra de la Ci­vilización contra la Barbarie, "Concluye la no­vela; comienza la historia", 'dijo Bernard Shaw. In tempo di guerra piú bugie che terra.

Causas económicas de la guerra: el desarrollo del industrialismo británico y el desarrollo del industrialismo alemán. La guerra económica en­tre Inglaterra y Alemania. La lucha por los mer­cados, por las colonias. Efectos del proteccionis­mo en la economía de los países europeos. La función de la finanzas internacional. Las rivalida­des de los grupos capitalistas. Entonces cómo ahora una política de cooperación, de solidaridad económica, habría podido evitar la catástrofe. El fenómeno demográfico ocupa un puesto importante en los orígenes de la guerra. Palabras de Adriano Tilgher: página 106 de La Crisis Mundial, En un siglo la población europea pasó de 180 a 450 millones. El industrialismo, estímulo del crecimiento de la población. Reducción de las tres causas de despoblación: peste, hambre, guerra. Alemania, incomunicada, no podía alimentar a 70 millones de habitantes. Italia no podía permanecer neutral.

Causas políticas: El proceso de las causas de la guerra, según Bernard Shaw. La política y la posición tradicionales de Inglaterra, potencia insular. El desarrollo del poder naval de Alemania. Inglaterra, Francia y Bélgica se entienden. La alianza franco-rusa. Secreta inteligencia militar anglo-francesa. La violación de la neutralidad belga sacó a Inglaterra de un embarazo. Pero hay noticias y antecedentes que establecen la clase de compromiso existente entre Inglaterra y Francia. Si Inglaterra hubiese realmente querido evitar la guerra, dice Shaw, no habría tenido sino que anunciar que combatiría al lado de la nación atacada. La hipótesis de un lazo, de una trampa. Más verosímil es la hipótesis de la imposibilidad de que el gobierno inglés revelase su acuerdo militar con Francia. Luego, desde este punto de vista, la guerra resulta una consecuencia de la diplomacia francesa.

Otra causa: el revanchismo francés, el Deuschlad uber alles alemán. El nacionalismo europeo, en una palabra. Psicología de la pequeña burguesía francesa y de la burocracia alemana. Alemania se sentía desposeída al lado de naciones privilegiadas. Poincaré. El Kaiser. El Zar. Palabras de Lloyd George en el Parlamento británico; página 39 del libro de Cailleaux.

Otra causa: la paz armada. El equilibrio de las potencias. Existía en Europa una atmósfera inflamable.       

La causa diplomática: el asesinato del heredero de Austria. La guerra ha podido estallar entes. En ocasión de la guerra ruso-japonesa y del incidente de Agadir de 1912. Palabras de Viviani a Rapoport: página 33 del libro de éste.

Contraste de la organización capitalista. Ne­cesita de la solidaridad internacional como con­dición de vida y fomenta el nacionalismo en oposición a la lucha de clases. Cómo se precipi­ta a un pueblo a la guerra. La novela Clarté.

Guerra absoluta y guerra relativa. Guerra de naciones y guerra de ejércitos. El mito de la guerra democrática. La dirección de la opinión eh Inglaterra, en Italia, Austria y Rusia, en tan­to, no hubo un ideal que solidarizara al pueblo con la empresa militar de sus gobiernos res­pectivos.

La conducta de los partidos socialistas y las organizaciones sindicalistas. La posición de la Se­gunda Internacional Las declaraciones de Stutt­gart y Basilea. La cuestión técnica de los me­dios de evitar la guerra fue dejada al Congreso de Viena que debió reunirse en 1914. Antes so­brevino la guerra. La misión de Müller en Fran­cia. La muerte de Jaures. El caso de Gustavo Hervé.

Por encima de la contienda. El manifiesto de los 93 intelectuales alemanes. El contramanifiesto del fisiólogo Nicolai, del físico Einstein, del fi­lósofo Buek, del astrónomo Foesster, sorprendi­do este último por los 93 intelectuales. Romain Rolland.

Medite el proletariado en las causas de esta gran tragedia. Piense en que unos cuantos hom­bres y unos cuantos intereses han podido de­sencadenar una guerra que ha causado quince millones de muertos, que ha sembrado de odios Europa, que ha destruido tanta riqueza econó­mica y que ha intoxicado deletéreamente el am­biente moral de Europa. Y que se diga el pro­letariado si vale la pena reconstruir la sociedad capitalista, reconstruir la sociedad burguesa, pa­ra que dentro de cuarenta o cincuenta años, an­tes tal vez, vuelva a encenderse en el mundo otra conflagración y a producirse otra carnicería.

 


NOTA:

1 Pronunciada en el local de la Federación de Estudiantes (Palacio de la Exposición), el viernes 22 de junio de 1923. Al no hallarse la versión completa, puede inferirse que José Carlos Mariátegui no llegó a escribirla. Solamente re­dactó las notas que le sirvieron de pauta para desarrollar­la. De las versiones periodísticas que insertamos, a conti­nuación de los propios apuntes del autor, se colige clara­mente el plan que siguió José Carlos Mariátegui en el desarrollo de esta conferencia. Al iniciarla, ofreció una vi­sión panorámica de lo que el autor denomina "literatura de guerra". Esta, a través de la prensa, el libro, la cáte­dra, etc., nutre la mente del gran público de todos los países. Mariátegui disipa, metódicamente, tan densa "cor­tina de humo", para usar una expresión convencional de muchas periodistas de hoy. El conferenciante penetra en las raíces profundas de los acontecimientos mundiales y divide a las causas de la guerra en: económicas, políticas y diplomáticas. Llama poderosamente la atención su vati­cinio: «Y que se diga el proletariado si vale la pena re­construir la sociedad burguesa, para que dentro de cua­renta o cincuenta años, antes tal vez, vuelva a encenderse en el mundo otra conflagración y a producirse otra car­nicería». Esto lo dijo José Carlos Mariátegui el 22 de junio de 1923, cuando él tenía 28 años de edad. Dieciséis años después (1939) estalló la nueva conflagración.